Desde los patios de la Escuela Gabriela Mistral, donde aprendí a enfrentar a los bullies y defender a mis compañeros, supe que mi camino estaría ligado a la justicia. Aquellas primeras batallas forjaron en mí un espíritu de lucha y empatía que me acompañaría a lo largo de los años.
Continué mi educación en el Colegio Cristóbal Colón en Guayaquil, donde mi pasión por el derecho y la equidad se consolidó. Fue en esos pasillos donde mi deseo de proteger y servir a los demás se convirtió en una vocación clara y firme.
Finalmente, en la Universidad Ecotec, di forma a mi compromiso con la abogacía. Allí, armado con conocimiento y una visión clara de mi misión, me preparé para defender a aquellos que no pueden hacerlo por sí mismos. Hoy, como abogado, llevo conmigo las lecciones de mi infancia y mi formación, dedicándome a luchar por la justicia y la equidad para todos mis clientes.